
Para despedir las vacaciones de verano los Dilettante hemos acudido a ver la exposición de la obra del cartelista Alphonse Mucha en el renovado edificio de Caixa Forum (Paseo del Prado 36, Madrid).
El cartelismo se desarrolla como arte industrial en el último cuarto del siglo XIX con el descubrimiento de las nuevas técnicas de impresión como la litografía, que permitían a los artistas trabajar directamente sobre el molde, reduciendo tiempos y costes, y evitando así la intermediación de los grabadores, que buril en mano interpretaban, no siempre de manera acertada, sobre metal o madera, las obras que les entregaban los artistas.
Con la aparición del proletariado urbano, consecuencia directa de la revolución Industrial, la ciudad se expande de la mano de los primeros urbanistas modernos y surgen las primeras avenidas y bulevares, lugares de paso, pero también de encuentro, siendo los lugares idóneos para la colocación del cartel.
El cartel, además, es una herramienta burguesa perfecta para vender y educar a la clase obrera en los valores hegemónicos de las clases dirigentes.
En este contexto se desarrolla la obra de Mucha, máximo exponente del art nuveau francés, una corriente estética perfectamente acomodada a los planteamientos tradicionales de la cultura burguesa, y que además, a través de la publicidad se fusiona con la industria.
Mucha elaboró su primer cartel de manera accidental. El gerente de la litografía Lemercier le encarga la confección del cartel de la obra teatral Gismonda por la enfermedad del cartelista de la casa. Así, en una sola noche, reúne en esta primera obra todos los componentes formales del modernismo gráfico, receta a la que se mantuvo fiel durante toda su vida artística y que influyó en el cartelismo de todo occidente. Es característico de su obra el uso del trazo claro y uniforme en el dibujo, los colores suaves y el recargo ornamental, con el uso de elementos tipográficos y de motivos que evocan a oriente.
La exposición se ha dividido en ocho apartados perfectamente delimitados espacialmente con el uso de colores. Las secciones son: Teatro, Metrópolis, Misterio, Epopeya Eslava, Mujer, Fotografía, Modernidad y Estilo Mucha. La visita requiere curiosidad, atención y algo más de una hora para poder ser disfrutada.
Al Sr. Dilettante la exposición le ha gustado, más que por la belleza formal de la obra, por descubrir la formalización del kitsch gráfico, es decir de toda esa imaginería que, a la manera de la pornografía más explícita, va directa a tus sentidos, sin pasar ni antes ni después por tu cerebro.
La herramienta perfecta para perpetuar arquetipos: varones viriles, mujeres lánguidas y delicadas, soldados valerosos y patrias amenazadas.