domingo, 9 de noviembre de 2008

RETRATOS DEL NAUFRAGIO


“Así la foto llega a edificarse sobre una paradoja: toda fotografía, queriendo conservar la vida, nos coloca ante la experiencia de una muerte de la que ella es agente. Aunque solo se trate de una muerte simbólica”
Santos Zunzunegui, Mirar la imagen, Servicio Editorial de la UPV, Bilbao 1985

Recordé esta cita a propósito de la exposición de parte de la obra que Alberto García-Alix expone en el MNCARS bajo el título “De donde no se vuelve”. Más de doscientas fotografías realizadas entre los años 1976 y 2008 que retratan en un gélido blanco y negro a parte de una generación sepultada bajo la heroína. El hermano y los amigos muertos, con los que el artista dialoga según confiesa al volver a trabajar sus fotografías, están presentes a lo largo de todo el recorrido que se propone al espectador. Los retratos, con los que García-Alix alcanza la excelencia, muestran una galería de personajes frágiles y bellos, muchos de ellos en pleno proceso de autodestrucción. No se trata de una crónica desapasionada de una época, puesto que el fotógrafo también era parte del mundo que retrataba y así los autorretratos se van intercalando a lo largo de la muestra en los que el fotógrafo se desnuda hasta el hueso.
Cuando propone metáforas visuales jugando con los títulos de las fotografías o retrata paisajes es donde encuentro personalmente al García-Alix más flojo. Los juegos me parecen simples y los paisajes trillados, aunque ocasionalmente estas fotografías ofrecen engarces que contextualizan los retratos y ayudan a conformar en la exposición un espacio cerrado, a veces incluso un poco asfixiante, que ayudan al espectador a aislarse de todo y centrarse exclusivamente en el universo donde sus habitantes “bailan con dragones de color dorado”.
A veces se ha dicho de García-Alix que era el retratista de la movida y eso no es hacerle justicia. Pese a la coincidencia en tiempo y espacio con ese fenómeno tan sobrevalorado su obra trasciende a la urgencia y liviandad, marca de aquellos tiempos, y ofrece un lenguaje claro que puede ser entendido por cualquiera que no conociese aquella época.
Muy recomendable.