domingo, 30 de junio de 2013

martes, 23 de abril de 2013

14 de abril de 2013

El 14 de abril, acompañado del Joven Dilettante, fui hasta Cibeles para participar en la manifestación que conmemora la 2ª República, uno de los acontecimientos históricos menos tristes de la triste historia de este país que, como todos sabemos, siempre acaba mal. El día estaba magnífico, sol y una temperatura muy agradable invitaban al paseo matutino. Así que preparé una mochila con la intendencia necesaria que precisa el Joven Dilettante para sus salidas (pañales, toallitas, ropa de recambio.) y nos encaminamos al metro. Al Joven Dilettante le encanta viajar en metro, aunque le gusta mucho mas subir y bajar por las escaleras mecánicas. De hecho el viaje se prolongó un poco mas de lo debido ya que en Sol subimos y bajamos las escaleras varias veces entre los gritos de alborozo del tierno infante. Desde Sol bajamos paseando hasta Cibeles, acompañamos durante un tramo a las juventudes de algún partido de ultraizquierda, muy serios ellos, con estética skin. A medida que nos acercábamos al punto de inicio de la manifestación el ambiente se iba tornando festivo. Pudimos ver a Cayo Lara siendo entrevistado y a Amadeo Martínez Ingles vestido con un uniforme de fantasía recibiendo el apoyo de sus incondicionales. Adquirí un chapa para que el Joven Dilettante la luciera orgulloso en su peto. Aunque fascinado con el artilugio intentó arrancársela durante un buen rato. Había muchísima gente, por lo visto bastante mas que en cualquiera de las convocatorias anteriores. No es de extrañar, desde hace un par de años la familia real es la principal valedora de una tercera república. Iniciada la manifestación, nos colocamos a cerca de la cabeza de la marcha, me subí al Joven Dilettante a hombros y realizamos el trayecto celebrando los slogan y las canciones que se cantaron. El Joven Dilettante se aprendió una o dos que espero no las repita en algún lugar inadecuado. Generalmente, cuando voy con el niño a algún evento de estas características, evito la aglomeración y procuro estar en algún lugar desde el que se pueda abandonar rápidamente la marcha para atender cualquier contingencia (sobre todo fisiológica) de la criaturita. Finalizado el trayecto volvimos a coger un metro en Sol, previo uso abusivo de las escaleras mecánicas, y regresamos a las inmediaciones de la Mansión Dilettante, donde nos dio tiempo a tomar una cañita. El Joven Dilettante no perdona este rito dominguero, llegando a vocear durante el paseo que quiere tomar una cañita. Evidentemente el jovenzuelo no prueba la cerveza, pero nos suele dejar sin patatas fritas ni aceitunas. Terminado el aperitivo nos fuimos a casa a comer y a echar una siesta.

domingo, 31 de marzo de 2013

...è un mondo difficile 4

Existe una cierta percepción social hipertrófica y exagerada del nivel de corrupción. José Ignacio Wert