viernes, 13 de julio de 2007

Despedidas de soltero

El Sr. Dilettante ha sido invitado mañana a una despedida de soltera. Aunque en principio suelo considerar este tipo de fiesta como una cutrez mayúscula he asistido a unos cuantos eventos de estas características, llegando incluso, en una ocasión muy especial, a organizar una. Organizar un último fiestorro porque consideras que el matrimonio va a arruinar tus posibilidades de diversión nocturna y de relacionarte con tus amigos/as de toda la vida ya es un argumento definitivo contra esa sacrosanta institución.
De cualquier forma, una vez que el varón o la mujer han asumido que van a dar por finalizada esa idealizada vida nocturna de crápula que casi todos hemos creído llevar alguna vez, sigue siendo una majadería despedirte de esa vida embruteciéndote hasta el infinito y mas allá con grasazas y alcoholes de ínfima calidad, disfrazado como para hacer reír (dando en realidad algo de pena), dando grandes voces e incluyendo simulacros de sexo con algún espectáculo erótico.
La velada se suele iniciar en algún bar próximo al chiscón donde se dará cuenta de la cena. Es posible que allí mismo entre bromas soeces y ya calientes por la ingesta de los primeros botellines los invitados procedan a disfrazar al novio o la novia de algo estrafalario (preso, torero, etc…) y a colocarse ellos mismos algún complemento vergonzante (unas antenitas, una gorra con un pene, camisetas conmemorativas…), mientras sigue corriendo la cerveza. Señalar que a estos eventos siempre acude algún pariente lejano o amigo que no conoce al resto y le cuesta entrar un poquito más en la fiesss.
Luego ya se dirigen todos en procesión al local elegido para la cena. Existen locales especializados en este tipo de festejos (los cuales no conozco todavía) y otros que se adaptan para los mismos, es decir te ofrecen panecillos y postres con formas que recuerdan vagamente un sexo femenino o uno masculino. Esto da lugar a una cascada de bromas y chistes de un gusto cuanto menos dudoso. La cena está trufada de brindis y de invitaciones al novio o novia para que hable. Éste toma la palabra varias veces y dependiendo de su tolerancia al alcohol puede desde seguir con los chascarrillos hasta jurar amor eterno a los allí presentes asegurando que jamás olvidará esa noche (algo rigurosamente cierto, siempre hay alguien con una cámara de fotos).
Tras la cena y ya completamente enardecidos las opciones varían desde ir a espectáculos eróticos donde los strippers suelen sacar al novio/a para realizarle unos tocamientos supuestamente cachondos, o a los bares y dicopubes habituales a bailar y beber como posesos. Ocasionalmente si de un varón se trata se puede acabar en un club de alterne para que el novio culmine tan sublime ocasión retozando con alguna mercenaria y arrastre un cargo de conciencia terrible durante algunos días.
Ya les contaré como me ha ido

jueves, 5 de julio de 2007

Puro arte

En uno de mis paseos me he topado con esta curiosa muestra de arte Dadá. El pasmo inicial ha dejado paso enseguida a la reflexión. El artista-poeta (valga la redundancia) ha sido capaz de sintetizar en dos simples líneas, garabateadas con la ortografía de un niño (chico), su visión profundamente española de la vida y su recio sentimiento ibérico.
Pero diseccionemos superficialmente su obra, así podremos degustar mejor la fuerte carga poética que contiene.
- BIVAN LOS CURAS, LAS MONJAS Y LOS NIÑOS CHICOS.
Primer enunciado cargado de simbolismo. He de confesar que al Sr. Dilettante le ha conmovido este arrebato, solo aparentemente ingenuo, dedicado al clero (español), este grito desgarrado que se posiciona valientemente a favor de la enseñanza religiosa, loando de manera sencilla pero eficaz los tres ejes sobre los que se sustenta: curas, monjas y niños chicos. El Sr. Dilettante no hace sino suponer que un artista de tamaña sensibilidad se debió de formar en esos valores y que en esta azarosa época que nos ha tocado vivir ha querido dejar clara su posición.
- TODOS A COMER JAMÓN
¡El jamón! La pieza gastronómica mas deseada en el imaginario colectivo celtibérico. Todos, repito, todos cuando accedemos a una pieza de este codiciado manjar, ya sea un humilde navidul de oferta en el pryca, o un regio ejemplar de 5 jotas lo solemos colocar en un lugar preferente en nuestra cocina para exhibirlo con un mal disimulado orgullo ante nuestras amistades. El hecho de partirlo para su degustación puede llegar a ser todo un ritual y como tal lo suele oficiar el varón de la casa con el gesto grave que merece tal acontecimiento. La cata del jamón suele desembocar en una animada tertulia en la que se comentan las virtudes y defectos del que se está consumiendo. Que si está demasiado salado, que si le falta unos días de curación. Lo cual lleva indefectiblemente a charlar sobre ese JAMÓN mítico que todos hemos catado alguna vez en el pasado y que reunía todas las características que lo convertían en una especie de semi dios jamón. Nada mas español que un jamón.
Propongo desde aquí a la autoridad que le corresponda que propongan al poeta artista para una beca Erasmus o como mínimo que alguien lo enchufe de tertuliano en la COPE.

martes, 3 de julio de 2007

Tarde de cine

El sábado pasado con una resaca post-fiesta de una intensidad que variaba entre “ligeromalestargeneral” y “nauseasymareosmoderados” decidimos autoadministrarnos como paliativo ante los excesos una tarde de visionado de películas. Nuestro agradecimiento al Sr. Netotem que nos abrió las puertas de su magnífica filmoteca para que se la saqueásemos sin escrúpulos.
El requisito que establecimos para la selección de los títulos fue que fuesen películas de “sábado a la tarde”, cosas ligeras que en principio tienen buena pinta pero que no interesan demasiado, lo que permite sestear plácidamente a ratos sin perder el hilo de la película.
La primera película escogida fue “El diablo se viste de Prada”. El veredicto es tajante: Truño, truño. Con un guión que podía haber firmado la mismísima Esperanza Aguirre, su moraleja es rotunda como una sentencia: “Tontines, dejad el lujo y la riqueza para la gente que sabe llevar esa carga con dignidad”. Eso si, sesteamos a gusto durante este emocionante drama cargado de contenido social.
La segunda película de la tarde fue “El buen pastor”. Teníamos ganas de verla. Las opiniones que habíamos oído sobre ella eran buenas y además Robert de Niro ha participado en muchas películas de culto en la mansión Dilettante. La película no gustó. Estaba mal resuelta, le sobraba metraje y los personajes estaban mal definidos. Aunque moló cuando le tiran del avión a la novia del hijo.
Entrada ya la noche empezamos a ver “Deja vu”. El inicio es prometedor. Un atentado contra un ferry cargado de pasajeros, el forense dictamina que una de las víctimas llevaba muerta desde antes del atentado y hay un investigador con el carisma de Denzel Washington. ¡Bien!. La Sra. Dilettante y yo empezamos a sonreír. Por fin la película que iba a salvar nuestra tarde de cinefagia. Grave error. Entra en escena un Val Kilmer tan hinchado que parece que se ha vuelto adicto al salchichón y una máquina del tiempo. ¡Una máquina del tiempo!. Todo esto aderezado con explicaciones extravagantes. A mitad de película el Sr. Dilettante decidió encargar comida china y eso fue lo mejor de todo. El Dim Sum estaba exquisito

domingo, 1 de julio de 2007

Fiesta sorpresa

El Sr. Dilettante ha estado muy ocupado esta pasada semana. La finalidad de tantos desvelos era preparar una fiesta sorpresa a la Sra. Dilettante por su cumpleaños. El marco incomparable para tan magno evento ha sido la Mansión Dilettante, acondicionada con esmero y provista de todo tipo de vituallas y bebidas espirituosas para la ocasión.
Las invitaciones se cursaron con discreción y por diversos canales, así todos los conspiradores, previa petición de confidencialidad, fueron informados del lugar y la hora con la suficiente antelación.
El acondicionamiento y aprovisionamiento de la Mansión Dilettante se realizó sin problemas puesto que las obligaciones de la Sra. Dilettante la llevaron durante un par de días a otra ciudad, lo que evitó el tener que inventar mentiras peregrinas para justificar la compra y almacenamiento de una cantidad no habitual de comestibles y bebidas.
Cuando llegó el gran día el Sr. Dilettante, tras su jornada laboral, se acicaló a conciencia procurando no escatimar en gomina, puesto que la noche se adivinaba larga y llena de emociones fuertes. Los invitados fueron llegando y se sirvió un refresco mientras se deliberaba sobre que tipo de recibimiento se haría a la homenajeada. Se descartó el grito de “¡Sorpresa!” por sobado y también se descartó cantar canciones de cumpleaños. Ya saben, se suele empezar con el “Cumpleaños feliz” en castellano, indefectiblemente se continúa por el “Feliz en tu día” y luego ya, dependiendo de la ingesta de tóxicos, se sigue con versiones del “Cumpleaños feliz” en diversos idiomas, dando lugar a momentos de gran bochorno para el homenajeado.
Finalmente, con dos horas de retraso sobre el horario previsto, llegó la homenajeada. Superado el pasmo inicial al ver su mansión llena de amigos, se dio comienzo a la fiesta que se prolongo durante siete horas y en las que se degustó los excelentes licores seleccionados para la ocasión, se bailó una selección non-stop de grandes éxitos rompepistas y se contaron infinidad de historias divertidas.
Otro éxito del Sr. Dilettante.