jueves, 31 de enero de 2008

GRANDES MOMENTOS POP. TRACI LORDS CANTA CON LOS RAMONES


Aun a riesgo de meterme en los terrenos en los que el Sr. Politoxicómano sienta cátedra (aunque me temo que su devoción por el AOR nos distancia irremediablemente en cuanto a gustos musicales) el Sr. Dilettante hablará de música.

Corría el feliz año 1993 cuando se produjo un encuentro en la cumbre, casi casi un evento de los que marca a una generación. Los Ramones, probablemente la mejor banda del mundo, y Traci Lords, la ex actriz porno famosa por haber rodado la mayor parte de sus películas siendo menor de edad entraron juntos en un estudio de grabación. El tema elegido fue Somebody to Love de Jefferson Airplane que se incluyó en el álbum Acid Eaters. Tracy Lords canta la parte de Marty Balin y Joey la de Grace Slick.
Lo más bizarro (válgame la expresión) es que se juntaron dos de los conservadores mas recalcitrantes del "showbizz" americano con permiso de Terminator. Johnny Ramone jamás ocultó su odio a los comunistas ni su apoyo incondicional al presidente Bush, para el que tuvo unas palabras cuando ingresó en el "Sala de la Fama del Rock and Roll". La buena de Tracy es votante confesa del Partido Republicano y donante de fondos del mismo.
La ciber derechona española mas pop siempre muy necesitada de referentes ya los está empezando a mencionar en sus blogs y paginillas web. El problema es que en esta tierra de garbanzos la derecha que se hace llamar actualmente "liberal" tiene el lastre del "nacionalcatolicismo" y artísticamente le está costando superar a Vizcaíno Casas. Aunque visto el blog que se están marcando en Libertad Digital Alaska y su marido quizá pronto veamos las grandes concentraciones de la derecha amenizadas por las "Nancys Rubias" y una troupe de drag queen.
Cosas veredes...







domingo, 13 de enero de 2008

EL CREACIONISMO: LA TEORÍA DEL DISEÑO INTELIGENTE


Como si no tuviéramos bastante con los nuestros integristas, ahora los estamos empezando a exportar de fuera. La asociación estadounidense “Médicos y Cirujanos por la Integridad Científica” quieren dar unas charlas entre el 17 y el 25 de enero en diversas ciudades españolas con el título “Lo que Darwin no sabía”.
El creacionismo, o su denominación moderna de Teoría del Diseño Inteligente, niega la teoría de la evolución y sostiene que la complejidad biológica de la vida en la tierra solo puede obedecer a que esta ha sido creada por Dios.
El Sr. Dilettante le va a ceder la palabra al difunto Bill Hicks, cómico estadounidense del siglo pasado. (La transcripción la he tomado prestada de “Back Bill Hicks. La comedia del odio”, un magnífico articulo de Superfuzz publicado en Mondo Brutto nº33). Imagínense al señor Hicks en un contexto como el del club de la comedia (pero con gracia) y disfruten de su agudo ingenio.

Fundamentalistas cristianos que creen que la Biblia es la palabra de Dios…Directamente. Fundamentalistas cristianos que han contado el mundo y han descubierto que tiene12.000 años. Eso es interesante. Aquí hay algo nuevo. ¿12.000 años? Wow, ¿Seguro? ¿Cómo lo habéis sabido? “Sí, hemos contado a todos los personajes de la Biblia, desde Adán y Eva, y sus edades sumadas dan aproximadamente 12.000 años”. Sí, pues yo tengo una pregunta, ¿Estás listo? Es una pregunta de una palabra. Va: Dinosaurios. ¿Cómo no se mencionan a los dinosaurios? Porque hay fósiles por todos los lados, tío. Y si la Biblia lo cubre TODO, desde la creación del mundo, dirías que los dinosaurios son un tema, eehm, demasiado grande como para que se pase por alto ¿No? ¿Dirías que alguien, en algún momento, los habría mencionado?, ¿no? “Y marchaba Jesús con sus seguidores por el camino a Jerusalén, pero oh, había un enorme tiranosaurio con una espina en su pata bloqueando el camino. Y los discípulos corrieron y se asustaron, y dijeron “oh, vaya puto dinosaurio más enorme” “¡Seguro que no olvidaré mencionar esto, Lucas!” “¡Seguro que yo tampoco, Juan!” Pero Jesús no se asustó, y le quito la espina de la pata, y lo mandó al lago Ness, donde vivió para siempre atrayendo gruesos turistas americanos y sus gruesos dólares. Y los escoceses dijeron “Oh, Jesús, Gracias Jesús”… Y entonces me dicen, y os juro que uno me dijo esto una vez, “Los fósiles están puestos por Él para poner a prueba nuestra fe” Tío…Creo que Él te puso aquí para poner a prueba mi fe. Decidme una cosa…La idea de un Dios jugando con nuestras mentes y tratando de cruzarnos los cables, no se os antoja un poco…¿angustiosa?
“La gente y como actúan sobre sus creencias…Los cristianos llevan cruces al cuello. No está mal, pero…¿Crees que cuando Jesús regrese va a querer ver alguna maldita cruz, tío? ¡Quizás es por eso por lo que no ha aparecido! Es un poco como acercarse a Jackie (Kennedy) con un pendiente en forma de rifle “”¿Cómo estás Jackie? Pensamos mucho en John, sabes…Le queremos” “¡No, no quiero volver a la tierra Papá, lo han malinterpretado todo, Papá! Déjame quedarme aquí en el Cielo contigo, Papá. ¡Vamos a enterrar juntos fósiles de dinosaurios! ¡Vamos a jugar con sus cerebros!”
“Lo siento si hay algún Católico. No el haberos ofendido, quiero decir, sino el hecho de que seáis católicos. Lo siento por vosotros…”


Sean buenos






miércoles, 9 de enero de 2008

EL CENTRO COMERCIAL



Para los que fuimos niños y adolescentes en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado, el centro comercial era un lugar en la que los niños y adolescentes de las series que veíamos en TV iban a pasar la tarde tras pedirles pasta a sus progenitores. Nosotros, mucho menos evolucionados, pasábamos las tardes en las plazas y parques esperando poder ingresar en el que era (y es, mal que nos pese) el lugar de ocio por excelencia en España: el bar. A comienzos de los años 90 empezó a implantarse por todo este país este artefacto diabólico del capitalismo. Está claro que toda esa legión de niños y adolescentes, ya jóvenes y no tan jóvenes, formados y deformados por toneladas de televisión y cine americano sucumbimos rápidamente ante esas moles arquitectónicas que prometían todo tipo de maravillas y nos colocaban de golpe y porrazo en la modernidad más absoluta.

El Sr. Dilettante también cayó rendido en un primer momento ante esos brillantes encantos, aunque tras un par de visitas comprobó, un poco defraudado, que tampoco era para tanto. La Sra. Diletante, siempre más perspicaz, ha renegado de ellos desde el primer momento Actualmente y por circunstancias puramente coyunturales el Sr. Diletante se ve obligado a comer un par de veces al mes en uno de estos diabólicos engendros, eso sí, para distinguirme de la masa y sentirme un poco más cosmopolita suelo tomar mi colación en un simulacro de restaurante japonés llamado Yokomo (¿Captan la sutileza del juego de palabras?). Aunque si otro día me siento mas convencional también puedo escoger entre comer en un simulacro de restaurante italiano o incluso en un simulacro de bar de tapas vasco.

Los centros comerciales son la culminación del ocio (de pago) planificado. Permiten al usuario acercarse en su vehículo, hacer todo tipo de compras (desde las más corrientes a las más descabelladas) y culminar la tarde noche cenando en alguno de los abrevaderos del lugar y viendo una película o en casos extremos jugando en una bolera. A los niños se les puede aparcar en guarderías o mini parques infantiles mientras esa parejita joven de moda se da una vuelta para ver escaparates y renovar el guardarropa y/o el menaje del hogar.

Lo que en principio puede parecer un buen plan, por comodidad, se convierte en una pesadilla uniformadora, en plan “1984”. El mínimo común denominador se rebaja tanto para intentar captar al mayor número de clientes posible que todo es estándar, la ropa, los libros, las películas. Los restaurantes no pasan de ser simulacros de aquella especialidad que quieren imitar estando el resultado final más cerca de los restaurantes de comida basura, que en los centros comerciales hallan sin duda su espacio natural, que de los modelos por los que se intentan hacer pasar.

Toda esta oferta de ocio vacío y de pago, va evidentemente orientada a las clases más populares, que así realizamos nuestro simulacro de “shopping”, mientras nos imaginamos que algún día quizá podamos hacer lo mismo, pero de verdad, en la C/Serrano o en las boutiques de los Campos Eliseos.

No todo va a ser negativo. El Sr. Dilettante reconoce que si algún día el infierno se llena y los muertos caminan sobre la tierra, correrá como loco al centro comercial más cercano a hacerse fuerte y resistir allí a las hordas de zombis y de motoristas asesinos.