miércoles, 22 de diciembre de 2010

NO ES LO MISMO



...que pague yo impuestos con lo caro que es Miami a que los pagueis vosotros. ¡Pringaos!

lunes, 20 de diciembre de 2010

SANIDAD PÚBLICA II

Acaban de remitir al Niño Dilettante, en nombre de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, su Tarjeta Sanitaria. En la carta que acompaña a dicha tarjeta se nos recuerda lo carísima que resulta la sanidad pública y nos exhorta a hacer un uso responsable de la misma. De acuerdo, pero me gustaría hacer un par de puntualizaciones.

La sanidad pública la pago yo, junto al resto de los ciudadanos, con mis impuestos. No la Comunidad de Madrid, que tiene la obligación de administrar ese dinero de manera eficiente.

La percepción que tiene el Sr. Dilettante es que la gestión de recursos económicos por parte de la Comunidad de Madrid es más bien mala: tramas de corrupción como la Gurtel, eventos millonarios sin finalidades definidas como los de la inaguración de la Ciudad de la Justicia, campañas de promoción para inexistentes…etc.

Por tanto me permito sugerir a la Sra. Presidenta, tras asegurarle que haré un uso responsable de los Servicios Públicos de Salud, que ella y su equipo gestionen de manera correcta nuestro dinero.



- Cari, saluda a la chusma que son los que nos han pagado estos trajes.

lunes, 13 de diciembre de 2010

SANIDAD PÚBLICA

Hay asuntos que no se pueden dejar al albur de la codicia de los mercados. En realidad nada se debería dejar al albur de esos trileros que solo buscan optimizar sus beneficios al precio que sea.

Mientras escribo estas líneas, el Pequeño Dilettante dormita plácidamente en su cuna a la espera de que la Sra. Diletante le de pecho. Nació hace diez días en un hospital perteneciente al servicio público de salud madrileño. Los profesionales que nos han atendido a lo largo de todo el proceso han destacado no solo por su pericia y profesionalidad, sino también por haber sabido conjugar la praxis estricta de su oficio con el trato amable y afectuoso hacia mi mujer y mi hijo.

Es una lástima que la presión asistencial, por falta de inyección de recursos (recursos que luego se destinan a campañas de propaganda inexistentes) o por el uso de soluciones imaginativas de talante liberal, lleve a estos magníficos profesionales a estar siempre al límite de sus fuerzas y a atender demasiados pacientes en demasiado poco tiempo.

Una de las propiedades más valiosas que tenemos los ciudadanos de este país es el sistema público de salud. No dejemos que también nos lo quiten.

Y para celebrar que en la Mansión Dilettante ya tenemos Libro de Familia.