domingo, 30 de enero de 2011

ESTOY VIVO


Otra película con bebé…mutante. Película dirigida a mediados de los 70 por Larry Cohen, nada que ver creo con los hermanos Cohen, que se atreve a ser explícito con algo que nadie se atreve a decir: A veces los bebés son unos monstruos.

Las crías humanas llevan incorporadas de serie una característica fundamental que incrementa sus posibilidades de aceptación por parte de sus progenitores que impide que sean abandonadas o devoradas. A falta de una palabra mejor introduciré el término nada científico de “pocholez” que se podría definir como la característica que hace que adultos cabales dejemos en suspenso el raciocinio y el sentido común y empecemos a decir tonterías impostando voces delante de una cuna.

El bebé de la película de Cohen no es pocholo. Nace con un apetito de sangre desmesurado y con la dentición completa. Primero se carga a todo el equipo médico que atiende el parto de su madre y luego se escapa por Los Ángeles para seguir haciendo de las suyas. Como es un bebé enseguida echa de menos a su familia y, no se sabe muy bien como, se encamina a casa de sus progenitores. Allí le espera una madre desolada y un padre que reniega del monstruo mientras carga sus pistolas. Finalmente el padre acepta a su hijo tal y como es, aunque la bestia debe morir. En un acto de justicia poética, antes de caer acribillado por las balas de la policía, el bebé es capaz todavía de matar al científico que indirectamente ha provocado su mutación. ¿Fin?, de ninguna manera, antes de que aparezcan los títulos de crédito nos entramos que ha nacido otro bebé mutante en Seattle. Fin.

Larry Cohen dijo a propósito de esta obra: “La película intentaba hablar sobre los sentimientos de los padres hacia un hijo que resulta ser diferente. Cuando hice el film, la gente estaba preocupada por sus hijos, porque llevaban el pelo largo, fumaban hierba y follaban. Los padres echaban a sus hijos de casa porque no podían controlarlos, y existía un miedo generalizado hacia las generaciones jóvenes por parte de las generaciones mayores”. En fin, parece ser que tan nobles propósitos se vieron malinterpretados por el público que la consideró un alegato antiabortista.

La ciencia ficción cinematográfica de los 70 es extremadamente amarga. Sin apenas confianza en el género humano dibuja escenarios de futuros desoladores: Cuando el futuro nos alcance, Rollerball, El Planeta de los Simios, son buenos ejemplos de ello. Estoy vivo nos coloca en la antesala de esos futuros y de cómo el hombre es el artífice de su propia destrucción.

Ramones tituló “It’s Alive” a su mítico disco doble en directo grabado la Nochevieja del 77 en el Teatro Rainbow, sin duda uno de los mejores discos de rock and roll de la historia y el primer vinilo que adquirió el Sr. Dilettante en el feliz año 1979.

Me voy a ver al joven Dilettante que me parece que tiene hambre…

viernes, 21 de enero de 2011

LOS TRES PADRINOS



Esto de la paternidad me ha contagiado un je ne sais quoi de moñez que me ha empujado a repasar películas que tienen a bebés como ejes centrales de la historia. Espero que sea algo pasajero ya que el asunto no da para mucho.

Aprovechando los huecos que me deja el cuidado del joven Dilettante y de la Sra. Dilettante he repasado otra película con bebé. Se trata de The Three Godfathers (AKA 3 Godfathers), conocida en España como Los tres padrinos. Dirigida por John Ford en 1948 en homenaje al actor Harry Carey con el que había ya rodado una primera versión muda en 1919 titulada Marked Men.

Tres forajidos (John Wayne, Pedro Armendáriz y Harry Carey Jr.) se internan en el desierto tras haber atracado un banco, siendo perseguidos por el sheriff del pueblo. Durante su fuga se encuentran a una mujer parturienta, la cual les entrega a su hijo poco antes de fallecer. Los tres atracadores emprenden casi sin agua y a pie el camino hacia Nueva Jerusalem con el fin de salvar al bebé.

Epifanía navideña de tono disfrazada de película del oeste, narra la redención de los tres delincuentes en su esfuerzo por salvar al bebé. Javier Coma incluye esta película entre los 100 mejores western de la historia del cine y destaca su significado religioso. En mi opinión, cualquier película de John Ford está entre las mejores películas de todos los tiempos. En cuanto al significado religioso creo que los elementos de la mitología cristiana, los tres protagonistas se asocian inmediatamente a los tres reyes magos, se utilizan para reforzar el carácter mágico de la narración.

En fin, como diría Pumares, es una película muy bonita.

martes, 4 de enero de 2011

ARIZONA BABY


Son las 04:30 de la madrugada, acabo de dar al niño Dilettante su toma de mitad de noche y, como todas las madrugadas me encuentro completamente desvelado. Habitualmente lo tengo que despertar de su placido sueño, lo que genera la ira del bebé que no para de berrear hasta que le doy el biberón. Hoy ha sido diferente, me lo he encontrado despierto, cagado hasta las orejas y sonriendo como un angelito. Durante el cambio de pañal, operación que por lo general le desagrada bastante, no ha hecho mas que gorjear y sonreír, por lo que no me ha quedado mas remedio que decirle un montón de moñeces y hacerle cosquillas.

Valga tan empalagosa introducción para comentar la película de los hermanos Cohen que más me gusta. Ni Fargo, ni El Gran Lebowsky, la película favorita del Sr. Dilettante es Arizona Baby. De hecho, el único tatuaje que luce el Sr. Dilettante es una recreación del que lleva el protagonista de la película. En qué circunstancias me lo hice es otra historia que quizá merezca la pena ser contada otro día, aunque puedo anticiparles que hubo bastante cerveza de por medio y el apoyo incondicional del Sr. Netotem.

Arizona Baby es el título español que se ha dado a la segunda película de los hermanos Cohen. Estrenada en el año 1987, fue escrita por los dos hermanos, dirigida por Joel y producida por Ethan. Según la Wikipedia está considerada como una de las 100 mejores películas cómicas por el American Film Institute, en concreto en la posición 31. No seré yo quien enmiende la plana a tan prestigiosa institución, pero poner a Tootsie como la segunda mejor película cómica de todos los tiempos es algo que repele al sentido común, ofende a la sensatez y blasfema sobre el orden natural de las cosas.

La película, catalogada como de humor negro por algunas luminarias, sería más bien un cuento fantástico de redención moral en el paraíso capitalista que era la América de Reagan en los 80. De cómo la bondad es el motor último que termina moviendo a los seres humanos y como así todos, salvo el ogro malvado del cuento y el jefe canalla, obtienen su recompensa. Ya se lo he dicho, es un cuento fantástico.

Nicolas Cage, antes de volverse completamente majara, interpreta a H.I. McDonnough, un mangurrino torpe que es atrapado una y otra vez por la policía. De tanto pasar por la cárcel se acaba casando con Edwina, la policía encargada de hacerle la reseña fotográfica. Felizmente instalados en una caravana se enfrentan a un problema de infertilidad, problema que resuelven secuestrando a uno de los bebés trillizos del millonario Natham Arizona. Todo parece haber salido bien hasta que el jefe de H.I. amenaza con delatarlos si no le entregan al niño. Dos presos fugados, amigos de H.I. y refugiados en su caravana, escuchan la conversación y secuestran a su vez al niño. Todo se empieza a complicar ya que además el Sr. Arizona ha contratado a un cazador de recompensas para rescatar a su hijo. Finalmente tras persecuciones y peleas H.I. rescata al bebé y decide devolvérselo a sus padres. Nathan Arizona le sorprende en plena noche devolviendo al niño a su cuna y le aconseja a H.I. que no se separé de Edwina. La película finaliza con un sueño premonitorio de H.I. donde se narran los distintos destinos de los personajes y de cómo H.I. y Edwina acaban formando una familia numerosa. Happy End.

Bueno, yo no me canso de verla y ustedes deberían aprovechar la oferta del diario Público que este viernes vende el DVD por la módica cantidad de un euro, menos de lo que cuesta un café. Yo, que por supuesto ya la tengo, aprovecharé para volver a verla en los ratitos que me deje el joven Dilettante entre pañal y biberón.

Ahora mismo me voy a tomar un Pharmaton con el café y a currar como un titanaco.