El joven Dilettante exige la plena dedicación, por lo que llevaba unos meses sin actualizar nada en el blog. He leído algunos libros interesantes, solo he visto películas regulares o malas y he vuelto a comprar un e-book, dado que el primero desafortunadamente se extravió, y nada de eso me ha hecho escribir en el blog. Sin embargo la familia real española es que lo pide a gritos. Primero fue el heredero, ese chavalote tan preparado en todos los campos, y su tropezón con una plebeya que le interpeló acerca de la legitimidad de la monarquía. Luego Urdangarín, que queriendo llevar un cacho de pan a sus churumbeles hizo algunas cosas un tanto reprobables. Cuando, después del susto que nos dio a todos el niño Froilán con una escopeta, pensábamos que ya nada más podía pasar en la primera familia de España, va su majestad y se nos rompe una cadera en un tontísimo accidente, que si no fuera por los 40.000 € que debe de costar el safari en Botswana, nos podría haber pasado a cualquier persona. Solo una persona de tanta categoría y sensibilidad permanece toda la noche desvelado y paseando preocupado por la lacra del paro en España. Además con el mérito añadido que durante el día está cazando elefantes y leones, con lo cansado y peligroso que debe resultar. Así que desde la mansión Dilettante le deseamos una pronta recuperación para que pueda seguir dedicándose con el tesón que le caracteriza a…, bueno a hacer todas esas cosas tan importantes que sin duda hace.
Lo que se dice un titán.
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