domingo, 6 de diciembre de 2009

sábado, 7 de noviembre de 2009

LEYENDAS URBANAS I

Al Sr. Dilettante le gustan las leyendas urbanas, esa especie de fábula o alegoría moral contemporánea que ilustra aterrorizando o haciendo reír. Algunos de los terrores más exquisitos del final de la infancia y de la adolescencia me los proporcionaron estas historias, contadas al anochecer en las pandillas de chicos y chicas: el loco que lame, en esta curva me maté yo… seguro que las recuerdan.
La siguiente historia me la contaron hace más de veinte años en la localidad palentina de Herrera de Pisuerga. Pues bien, en este poblachón castellano, flanqueado por los ríos Pisuerga y Burejo, se celebra a comienzos de agosto desde hace 38 años el Festival de Exaltación del Cangrejo de Rio, o abreviadamente: la fiesta del cangrejo. Se hacen carrozas, se celebran concursos gastronómicos basado en este crustáceo decápodo, verbenas… En fin, una excusa de lo más tonta para celebrar un fiestorro e ir a tomarla con la cuadrilla.
Desde 1970 más o menos un hongo maligno ha ido diezmando la población de cangrejo autóctona que ha ido siendo sustituida por el cangrejo americano, animal que arrasa con los ecosistemas de los ríos ibéricos además de tener una carne mucho menos sabrosa, amenazando la continuidad del mundialmente conocido festival.
A finales de los 70 una cuadrilla de jóvenes de Herrera se andaba devanando la cabeza para encontrar el motivo para confeccionar una carroza que desfilara en el festival. Finalmente a alguien se le ocurrió la macabra idea de confeccionar una horca, con su ahorcado correspondiente, para representar la enfermedad que estaba aniquilando la población del cangrejo, exaltado o no. Durante la semana previa al festival, mientras los chicos y chicas se afanaban en la construcción de la carroza una de las componentes de la cuadrilla tuvo un accidente de tráfico y falleció. El resto de jóvenes se sobrepuso a la tragedia y siguió construyendo la carroza a base de madera y papel mache. Cuando llego el día del desfile la carroza de esta cuadrilla causo sensación, tanto por lo ingenioso de la metáfora como por el cuidado detalle con el que se había construido el muñeco que representaba al ahorcado.
Días después estos jóvenes decidieron hacer una sesión de espiritismo, una afición que en aquella época era bastante común ¿recuerdan?. En lugar de hablar con los espíritus de Hitler o de Elvis, los imprudentes muchachuelos decidieron contactar con el ánima de su amiga, la fallecida en accidente. Tras extender la tabla de ouija, que en la mayoría de los casos era una cartulina con el alfabeto escrito, y colocar los dedos en el vaso de duralex, empezaron a llamar a su difunta amiga. Finalmente la finada apareció y les aseguraró que se encontraba bien y que por fin había hallado la paz. El más audaz de los allí reunidos le preguntó que si le había gustado como había quedado la carroza. La difunta les dijo que sí, pero…que la cuerda le apretaba un poco en el cuello.
¡Horror! Los reunidos procedieron a darle la vuelta al vaso y a cancelar la reunión aterrorizados ante la certeza de que: SU AMIGA MUERTA HABÍA ESTADO EN EL FESTIVAL DE EXALTACIÓN DEL CANGREJO DE RÍO DENTRO DEL MUÑECO DEL AHORCADO.
El Sr. Dilettante confiesa que en su día la historia le acojonó muchísimo y todavía hoy en día le produce muy mal rollo.

Vén como lo del festival es cierto, la leyenda es lo de la muerta.

martes, 3 de noviembre de 2009

MI BERLÍN PRIVADO



En estos días, en los que se cumple el veinte aniversario de la caída del muro de Berlín, el Sr. Dilettante recuerda con nostalgia su viaje a Berlín en la primavera del feliz año 1987, dos años antes de tan celebrado acontecimiento. Es decir, el triunfo hegemónico de un sistema cruel que se sustenta en la miseria del 70% de la población mundial.

En 1987 el Sr. Dilettante estudiaba Ciencias de la Información en la UPV y participaba en las actividades del “gaztetxe” de Bilbao (básicamente ver conciertos de bandas locales y beber cerveza), cuando por iniciativa de uno de los asiduos se empezó a promover una visita-intercambio con las casas ocupadas de la zona occidental de Berlín, las cuales estaban en su mayoría enclavadas en el barrio de Kreuzberg. Lo que empezó siendo una idea para tres personas, acabo siendo un viaje de dos autocares, tipo inserso, pero en radical y alternativo. Tras múltiples asambleas se fue perfilando el viaje, diversos colectivos berlineses con casas ocupadas nos acogerían en sus domicilios y nos servirían de guías turísticos en la ciudad.

Coincidiendo con las vacaciones de Semana Santa, además de ocupas éramos estudiantes y/o trabajadores, embarcamos en los autobuses y nos dispusimos a afrontar las cerca de 40 horas que iba a durar la travesía. El paso por las fronteras (sí, queridos, en aquella época todavía existían las fronteras intracomunitarias) se convirtió en una pesadilla. En la expedición iba gente con ordenes de detención, consumidores de drogas incapaces de prescindir de de sus sustancias favoritas y los implacables aduaneros, que se mostraron siempre extremadamente susceptibles con nosotros, llegando a considerar los palos de una txalaparta como terrorificas armas de destrucción masiva.

En aquellos tiempos Berlín era un islote de la RFA enclavado en el corazón de la RDA, para llegar a ella había que circular bastantes kilómetros por una autopista, que a manera de cordón umbilical la unía con el paraíso capitalista. Entrar en la RDA supuso un regreso a los primeros 70 españoles. Pantalones de campana, camisas entalladas y el coche Trabant, coches que sus propietarios tuneaban con gran imaginación pero con mucha pobreza de medios. Igualito igualito que en la España en la que habíamos sido niños.



Al llegar a Berlín los controles fronterizos fueron especialmente minuciosos y dejaron ya sin drogas a los toxicómanos más prudentes y cuidadosos. Durante el trayecto por la ciudad hasta el punto de reunión gozamos del privilegio de una escolta motorizada de la Polizei, lo que nos hizo sentirnos como embajadores o estrellas de Hollywood. La realidad se reveló mucho mas dura. Algún periodista iluminado había publicado que 200 autónomos del País Vasco se iban a desplazar hasta Berlín para montar bronca. En fin, los servidores del orden público alemanes, de una manera discreta pero constante, nos estuvieron acompañando a lo largo de nuestra semana berlinesa.

Los ocupas alemanes nos repartieron entre las diversas casas, las cuales, como norma, tenían unos niveles de habitabilidad similares a nuestros respectivos hogares. Resulta que desde hacía un par de años habían llegado a algún tipo de acuerdo con el gobierno berlinés y este les permitía habitar en las casas a cambio de unos alquileres simbólicos. Como curiosidad, había un grupo de lesbianas militantes que se hacían llamar las amazonas, llevaban la cabeza afeitada y tenían en la espalda de sus chaquetas pintada un hacha de doble filo, que tenían un ring de boxeo en su casa ocupada y dijeron que ellas solo aceptaban mujeres. No recuerdo si alguna accedió.

Berlín atraía a gran número de jóvenes de toda Alemania ya que sus habitantes estaban exentos de hacer el servicio militar, además pagaba algún tipo de salario a los estudiantes universitarios y parados, por lo que se convertía en un imán, no solo para los alemanes, sino para cualquier persona inquieta.

De la casa que nos toco en suerte recuerdo a un chico procedente de Berlín este que había conseguido pasar al lado occidental tras haber pasado un año en la cárcel. Mostraba constantemente su decepción y lamentaba haberse dejado tentar por el capitalismo. Ejerció como cicerone durante nuestra visita.

El plan de viaje fue muy relajado, visitamos radios libres, imprentas semi clandestinas (en una de ellas el RAF acababa de editar su último comunicado), fiestas alternativas en las que cocinábamos alubiadas y se tocaba la txalaparta…en fin, todo el folkore que se puede esperar en un viaje de estas características. Sin embargo la mayor parte del tiempo lo pasamos visitando la ciudad.

Un día cruzamos, sin nuestro guía por supuesto, a Berlín oriental por el célebre Checkpoint Charlie. Una guardia fronteriza, clavadita a Lotte Lenya en las películas de James Bond, fue en exceso suspicaz acerca del cigarrillo liado que me había colocado detrás de la oreja. Creyendo que trataba de introducir droga en el paraíso de los trabajadores me hizo pasar a una dependencia anexa donde registraron mis pertenencias y me hicieron algunas preguntas bastante inocuas. Mientras, mis acompañantes discutían sobre si me estarían haciendo ponerme en cuclillas desnudo y saltar (uno de ellos afirmaba que la policía griega le había sometido a tan extravagante procedimiento con el fin de que expulsase cualquier cuerpo extraño que llevase alojado en el recto), o sobre si directamente estarían hurgando con guantes de latex en mis delicadas cavidades corporales. Cuando obtuve el placet de la achaparrada policía y pasamos finalmente a Berlín Oriental tuve que desengañarles y decirles que mis cavidades corporales no habían sido sometidos a ningún tipo de procedimiento invasivo, y que tampoco había sido obligado a realizar ningún tipo de ejercicio gimnástico en pelotas.


- Klaus, trrraeme el guante de goma.

Berlín occidental resultaba muy caro para nuestras depauperadas economías, el Sr. Dilettante manejaba un presupuesto diario de alrededor de diez marcos (unas setecientas pesetas, es decir menos de cinco euros) para comer, fumar y usar el transporte público. Lo que se traducía en comer kebaps (fue la primera vez que los probé), fumar tabaco de liar, beber agua e intentarnos colar en el metro cuando podíamos, aunque esto último nos causaba cierto reparo ya que los vigilantes del metro berlinés tenían fama de violentos y algunos miembros de la expedición recibieron alguna paliza por tan nimio motivo. El caso es que, para pasar a Berlín oriental era requisito indispensable cambiar 30 marcos de la RFA por 30 marcos de la RDA, sin posibilidad de retorno, es decir había que procurar gastárselos todos, salvo que quisieras conservar alguna moneda como recuerdo.

Berlín oriental resultó ser lo opuesto en cuanto a precios, algunas de las necesidades básicas como la comida y el transporte tenían unos precios irrisorios, incluso para los estándares de unos españolitos, por lo que nos dedicamos alegremente a dilapidar nuestros marcos RDA en comida, cerveza (que ya no resultaba tan barata), puros cubanos (caros) y regalos para nuestras atribuladas madres (la madre del Sr. Dilettante usó durante 15 años el funcional wasserlkessel que adquirí en un mercadillo de la ciudad) que no sabían muy bien que estaban haciendo sus hijos en el otro extremo de Europa. Lo poco que vi de la RDA y por extensión del bloque comunista me dejo un recuerdo agradable.

El último día, tras obsequiar a nuestros anfitriones con una tortilla de patatas completamente deshecha, decidimos gastarnos nuestros últimos marcos en discos (de vinilo), cintas magnetofónicas y tebeos. Nos embarcamos en nuestros autobuses y tras aproximadamente 40 horas de viaje repletas de incidencias, llegamos a casa.

Desdichadamente, el reportaje fotográfico del viaje no salió demasiado bien por lo que las fotografías que ilustran esta entrada las he ido mangando de diferentes sitios de la red.


¡Viva el mal! ¡Viva el capital!

lunes, 2 de noviembre de 2009

viernes, 9 de octubre de 2009

domingo, 4 de octubre de 2009

SE HA ESCRITO UN CRIMEN (UNA Y OTRA, Y OTRA, Y OTRA VEZ)

En los diversos viajes que el Sr. Dilettante ha realizado por el extranjero de fuera (un matiz importante en el que quizá abunde en otra ocasión) ha tenido la ocasión de verificar un hecho espeluznante. Me explico, da lo mismo que uno se encuentre en un hotel de la YMCA en Taipei, en una pensión cutre en Sopron (Hungría) o en un cinco estrellas en El Cairo, cuando tras una agotadora jornada de ocio o de negocio, uno se desnuda, se tumba en la cama pertrechado con el mando a distancia y enciende la televisión, indefectiblemente, en alguno de los canales disponibles se encuentra con el odioso rostro de Jessica Beatrice Fletcher, interpretado por Angela Landsbury.
En fin, la humanidad se conduce al abismo.

EL HORROR, EL HORROR.

martes, 22 de septiembre de 2009

CARTELES DE CINE



El cine del Palacio de la Prensa, en plena Gran Vía madrileña, tiene todavía la bonita costumbre de colocar cartelones pintados para anunciar las películas que proyectan. Hoy no me he resistido a sacarles una foto.

jueves, 10 de septiembre de 2009

MONSTER SHOW


Este verano el Sr. Dilettante ha disfrutado horrores (también se acepta el chiste de” cómo un enano”) con “Monster Show. Una historia cultural del horror” de David J. Skal, publicada en la colección Intempestivas de la que es sin duda la editorial española más interesante: Valdemar.
El autor propone un recorrido por la historia del cine de terror en Estados Unidos desde la década de los veinte hasta 1998 confrontándola con los miedos colectivos de cada época.
Desde la introducción, en la que se nos narra la obsesión de la fotógrafa Diane Arbus por “Freaks” (La parada de los monstruos) y por el lado oscuro de los Estados Unidos, David J. Skal nos coge de la mano y nos guía por los senderos del reverso tenebroso de Camelot: Las guerras mundiales, la guerra fría, Vietnam, la crisis económica, el SIDA… todo, según la tesis del autor, ha tenido su reflejo distorsionado en las pantallas de cine.
Lectura muy recomendable para los aficionados al cine en general y para los que disfrutan con el género del terror en particular.
Para saber más les remito a la página del autor

http://www.monstershow.net

martes, 8 de septiembre de 2009

martes, 1 de septiembre de 2009

SE ACABARON LAS VACACIONES...


...vuelta a la ciudad, a la rutina, a los atascos de tráfico, al trabajo. ¡Ups! Creo que tengo el sídrome postvacacional.

martes, 14 de abril de 2009

NO SIEMPRE HEMOS SIDO SÚBDITOS



CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA

España, en uso de su soberanía, y representada por las Cortes Constituyentes, decreta y sanciona esta Constitución.

TÍTULO PRELIMINAR

Disposiciones generales

Artículo 1. España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia. Los poderes de todos sus órganos emanan del pueblo. La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones. La bandera de la República española es roja, amarilla y morada.

Artículo 2. Todos los españoles son iguales ante la ley.

Artículo 3. El Estado español no tiene religión oficial.

Artículo 4. El castellano es el idioma oficial de la República. Todo español tiene obligación de saberlo y derecho de usarlo, sin perjuicio de los derechos que las leyes del Estado reconozcan a las lenguas de las provincias o regiones. Salvo lo que se disponga en leyes especiales, a nadie se le podrá exigir el conocimiento ni el uso de ninguna lengua regional.

Artículo 5. La capitalidad de la República se fija en Madrid.

Artículo 6. España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional.

Artículo 7. El Estado español acatará las normas universales del Derecho internacional, incorporándolas a su derecho positivo.

lunes, 9 de marzo de 2009

WATCHMEN



El pasado 8 de marzo, mientras la Sra. Dilettante y otras aguerridas mujeres celebraban los derechos obtenidos y exigían los pendientes, el Sr. Dilettante aprovechó la soleada mañana dominical para tomar el aperitivo en el centro y entrar a la primera sesión de tarde de “Watchmen” en los cines de El Palacio de la Prensa.
Aunque al Sr Dilettante le gustan mucho los tebeos y tenía conocimiento de la existencia de “Watchmen” (al menos, desde su publicación en Francia a finales de los 80), no llegue a leerlo hasta el año 2004, gracias al fabuloso fondo de tebeos que tiene la biblioteca municipal. Me gustó, pero, quizá al haberlo leído casi veinte años después de su publicación, sin aspavientos. Supongo que para cuando he llegado a “Watchmen” cualquier hallazgo e innovación que pueda tener esta obra ha sido usado y envilecido hasta la saciedad por artistas de menos talento, por lo que yo ya los había disfrutado de una manera devaluada.
En cuanto a la película, está bien. Tiene unos títulos iníciales fantásticos, en lo que parece y una marca de su director Zack Synder, ya que los títulos de “El amanecer de los muertos” también me parecieron soberbios. El resto son 160 minutos de entretenimiento, en ocasiones muy sangriento, y de pirotecnia visual. Ambientada magníficamente en un 1985 que pudo ser, en plena guerra fría y con una caricatura de Richard Nixon como presidente de los EEUU, la historia fluye bastante bien contada.
La adaptación del tebeo es poco rigurosa, no me refiero tanto a las subtramas que, inevitablemente, se han caído o al cambio de forma de la catástrofe final, sino a que se falsea el quid de la obra. Me explico. El leit motiv del tebeo es “¿Quién vigila a los vigilantes?”, es decir, el punto de partida de la obra de Moore es el cuestionamiento moral de aquellos que se erigen guardianes de la sociedad. Al principio, cuando vemos a “El Comediante” en los créditos asesinar a Kennedy, parece que la película va a seguir esa senda, pero la película finaliza con la frase “¿Quién cuida a los cuidadores?”, lo cual, salvo que sea un error en la traducción o en mi interpretación, desaparece ese cuestionamiento moral de la tarea del vigilante y la reviste, además, de la gloria añadida de la soledad de los grandes hombres, devaluando de alguna manera la carga subversiva original de la obra y convirtiéndola en otra película de superhéroes más.
No sé, se admiten comentarios al respecto.

sábado, 31 de enero de 2009

sábado, 24 de enero de 2009

GUILLERMO BROWN: ANARCHY IN THE UK


Heroe protopunk de la infancia española (es el país en donde ha gozado de más popularidad) desde 1935, año en que la editorial Molino, en unas preciosas ediciones, empezó a publicar sus aventuras en Celtiberia. Según Fernando Savater esta popularidad pudo deberse a que la represión franquista llevase a la juventud de aquellos momentos a identificarse con la postura díscola, rebelde y anarquista del niño inglés.
La autora, a la que muchos considerábamos varón por lo recio que nos sonaba su nombre, Richmal Crompton (1890-1967), fue hija de un clérigo protestante, activa militante sufragista y profesora de latín y griego. Parece ser que basó su personaje en un hermano suyo un tanto iconoclasta.
El Sr. Dilettante confiesa que sus primeros héroes de literatura infantil eran los sosainas de los Cinco, aunque destacaba inquietantemente la niña Georgina, alias George, que sin duda habrá acabado sus días en algún pueblecito de la costa española añorando a su perro Tim pero habiéndose podido casar con la que fue desde su tierna infancia su primer amor: la pánfila de su prima Anita. Los cinco, con una capacidad inhumana para engullir pantagruélicas meriendas (¿Alguién ha probado alguna vez un bollo de jengibre?), en lugar de ser unos niños obesos y apáticos se dedicaban, impecablemente vestidos y con unos modales de escuela de pago a deshacer entuertos menores y a restablecer el orden allá por donde iban.
El Sr. Dilettante tuvo la suerte de tener una tía que poseía gran parte de la colección de Guillermo y, lo que resulta fundamental, se la prestaba a sus sobrinos con la única condición de que se cuidasen los ejemplares. Cada libro contenía unos 10 relatos de nuestro héroe, el cual, junto a su fiel mascota Jumble, lideraba la banda de “Los Proscritos”, compuesta por Pelirrojo (siendo además su mejor amigo), Enrique y Douglas. Estos libros contaban con unas portadas y unas ilustraciones interiores del dibujante ingles Thomas Henry que fijaron, al menos para mí, la imagen de los Proscritos y su entorno, de manera indeleble en mi cabecita.
En total hay 38 libros con las aventuras de nuestro héroe, en las que sistemáticamente se dedica a meterse en unos embrollos mayúsculos bien intentando montar un espectáculo circense”(el “háztelo tú mismo” que lo convierte en un punk), bien intentando capturar a un espía alemán. En muchos casos sus problemas venían por las interpretaciones literales de las palabras de los adultos, una clase media rural inglesa de descapotable, tenis y té de las cinco. La infancia de Guillermo se prolongo durante cuatro décadas, pero el entorno en el que yo le prefiero es en la Inglaterra de entreguerras, chocando una y otra vez con la sociedad victoriana de la época.
En el aspecto nutricional, Guillermo era más como nosotros, un adicto a toda clase de guarrerías, con una predilección especial por las más económicas aptas para las modestas economías infantiles. Esa era otra, menudo sindios nos resultaba el sistema monetario británico por mucho que se empeñasen en colocarnos una y otra vez largas notas a pie de página explicándonos aquello tan peregrino de los chelines y medias coronas
Así, a lo pronto, y aunque resulte una comparación facilona ahí tenemos a ese titán del rock llamado Angus Young que se viste desde hace décadas como nuestro héroe (como un escolar británico), habiendo configurado una de las imágenes más reconocibles del mundo del rock and roll.
En España, a finales de los 70 o comienzos de los 80 no lo recuerdo muy bien, pasaron una serie con las aventuras de nuestro héroe, pero jamás me llego a gustar demasiado. La serie estaba realizada en Gran Bretaña y duró, en aquel país un par de temporadas. En 1994 se volvió a hacer una serie basada en estos libros sobre la que no sabría decirles absolutamente nada.
Para acabar les pongo la atroz cancioncilla que perpetraba el grupete infantil Regaliz, de los que algunos extrañamente sienten nostalgia, lo que para mí es el equivalente de sentir nostalgia por el papel higiénico “El Elefante”.

jueves, 8 de enero de 2009

DEAD SET



CUANDO EL INFIERNO ESTÉ LLENO, LOS MUERTOS CAMINARAN SOBRE LA TIERRA

Corría el feliz año 1967 cuando el, sin ningún género de duda, visionario George G. Romero, despertó a los muertos y los hizo andar sobre la tierra, creando un mito moderno, es decir, una ficción alegórica según la RAE, que cuarenta años después se mantiene vivo y en permanente actualización.

Cada una de las películas que conformaron su trilogía seminal sobre el muerto viviente(“La noche de los muertos vivientes”, “Zombi” y “El día de los muertos”), además de proporcionarnos mucho entretenimiento, nos contaba verdades incómodas sobre nosotros, los vivos, y la sociedad que hemos construido.

Romero ha perdido fuelle, las dos últimas películas que he visto apenas si están a la altura de los subproductos de explotación italianos (recuerdan “Nueva York bajo el terror de los zombis”…entretenida, pero ya desde el título se empezaban a acumular los embustes y despropósitos), que aunque a los fans nos han entretenido, ninguna ha estado a la altura de los originales. Pero, afortunadamente, ha habido gente que ha tomado el relevo y han recogido el mito y lo han remozado y puesto al día…¿Y saben? Funciona mejor que nunca.

“28 días después” nos presentó al zombi rápido. Aunque dentro del “fandom” sigue abierto el debate sobre si los infectados ingleses por una mutación del virus de la rabia son zombis o no, el Sr. Dilettante opina que sí, ya que comparten con ellos el comportamiento alienado y su necesidad de atacar a los vivos. Su secuela, “28 semanas después” seguía siendo muy entretenida, aunque un poco absurda en algunos momentos.

El remake de “Zombi”, sensatamente titulado “El amanecer de los muertos”, es una maravilla que incluso me gusta más que el original. Desde los títulos de crédito que son impresionantes a un final cruel y desesperanzador a más no poder.

Lo último que me ha gustado ha sido la miniserie británica “Dead Set”, que ambienta el apocalipsis zombi en el entorno de la edición británica de “Gran Hermano”. Es noche de expulsiones en el popular concurso (o estudio sociológico, dependiendo de las fuentes consultadas), el equipo de producción ultima los últimos detalles del programa a un ritmo frenético y en el exterior de la casa se agolpa una multitud de seguidores del programa para apoyar a sus concursantes favoritos, ajenos todos a la plaga de muertos vivientes que rápidamente se está extendiendo por el país. Cuando la catástrofe se desencadena, los concursantes y un par de trabajadores de la cadena quedan atrapados en el estudio.

“Dead Set” resulta una malévola visión sobre la TV basura en la que nadie sale indemne. Resulta evidente la comparación entre las masas que acuden a ver a los concursantes, a consumirlos, con las hordas de zombis que también tienen en esos concursantes el objeto de su deseo, pero con unos fines más gastronómicos. Los concursantes aparecen como unos necios egocéntricos que, aun en medio del apocalipsis, siguen preocupados de sus índices de popularidad. Inmisericorde también el retrato del ejecutivo, que roza casi la parodia, de lo engreído y soberbio que nos lo presentan.

La serie, cuya página oficial es www.24.com/deadset, es extremadamente cruda y violenta. Al inicio de cada capítulo una voz en off avisa del lenguaje soez y de la violencia de las escenas mostradas, recomendando no obstante su visionado en un televisor de pantalla plana y en una habitación oscura. Si quieren saber más sobre esta serie o sobre los zombis la página favorita del Sr. Dilettante para estos temas es www.zombi.blogia.com, donde un autentico fan del género instruye deleitando sobre el tema.

Y para finalizar una cita de “He visto el futuro del terror “ Clive Baker:
“Los zombis son la pesadilla liberal. Las masas, a las que te encantaría amar, aparecen ante tu puerta, los rostros se les caen en pedazos; y tú intentas ser todo lo humano que te es posible, pero al fin y al cabo ellos se están comiendo al gato. Y el miedo a los actos de la masa, la estupidez a escala nacional, es el fundamento de mi miedo a los zombis”

Y el nuestro, oiga.