domingo, 9 de noviembre de 2008

RETRATOS DEL NAUFRAGIO


“Así la foto llega a edificarse sobre una paradoja: toda fotografía, queriendo conservar la vida, nos coloca ante la experiencia de una muerte de la que ella es agente. Aunque solo se trate de una muerte simbólica”
Santos Zunzunegui, Mirar la imagen, Servicio Editorial de la UPV, Bilbao 1985

Recordé esta cita a propósito de la exposición de parte de la obra que Alberto García-Alix expone en el MNCARS bajo el título “De donde no se vuelve”. Más de doscientas fotografías realizadas entre los años 1976 y 2008 que retratan en un gélido blanco y negro a parte de una generación sepultada bajo la heroína. El hermano y los amigos muertos, con los que el artista dialoga según confiesa al volver a trabajar sus fotografías, están presentes a lo largo de todo el recorrido que se propone al espectador. Los retratos, con los que García-Alix alcanza la excelencia, muestran una galería de personajes frágiles y bellos, muchos de ellos en pleno proceso de autodestrucción. No se trata de una crónica desapasionada de una época, puesto que el fotógrafo también era parte del mundo que retrataba y así los autorretratos se van intercalando a lo largo de la muestra en los que el fotógrafo se desnuda hasta el hueso.
Cuando propone metáforas visuales jugando con los títulos de las fotografías o retrata paisajes es donde encuentro personalmente al García-Alix más flojo. Los juegos me parecen simples y los paisajes trillados, aunque ocasionalmente estas fotografías ofrecen engarces que contextualizan los retratos y ayudan a conformar en la exposición un espacio cerrado, a veces incluso un poco asfixiante, que ayudan al espectador a aislarse de todo y centrarse exclusivamente en el universo donde sus habitantes “bailan con dragones de color dorado”.
A veces se ha dicho de García-Alix que era el retratista de la movida y eso no es hacerle justicia. Pese a la coincidencia en tiempo y espacio con ese fenómeno tan sobrevalorado su obra trasciende a la urgencia y liviandad, marca de aquellos tiempos, y ofrece un lenguaje claro que puede ser entendido por cualquiera que no conociese aquella época.
Muy recomendable.

lunes, 27 de octubre de 2008

MONDO BRUTTO



Publicación de referencia en el panorama español, que auna las virtudes que le proporciona la independencia de ser un fanzine con el esfuerzo por ofrecer artículos documentados y rigurosos. El buen gusto de su "mesa ncional" permite a sus lectores deleitarse con temas que revistas más, ejem, serias abordarán de manera superficial dos o tres años después.
El Sr. Dilettante es lector fiel de Mondo Brutto desde el año 96, sin recordar demasiado bien que fue lo que me impulsó a gastarme 400 pesetas de mi paupérrima economía en aquel tocho de tamaño cuartilla de letra apretada y “profusamente ilustrado” (aunque las fotos se veían fatal). Se trataba del número “Especial Movida” y los redactores de la revista, con la perspectiva que les otorgaba el paso del tiempo, dinamitaban ese constructo mítico, que los ciudadanos de a pie considerábamos la puesta de largo de Celtiberia en las bondades de las libertades democráticas, la modernidad más rabiosa y, cómo no, el liberalismo económico en estado salvaje (¿Se acuerdan de Mario Conde?).
El Sr. Dilettante siente una especial predilección por la pluma certera de Grace Morales, implacable retratista de lo cotidiano, que, a la manera de Larra, disecciona sin piedad a la sociedad española contemporánea con sus artículos costumbristas: bodas, bares, trabajo basura…En su último artículo, dedicado al fenómeno “friki” y escrito en colaboración con Galactus, describen magistralmente tan celebrado fenómeno y exponen lo que sin duda pensaremos todos dentro de dos o tres años.
Y es que, si hubiera que buscar un eje temático que recorra todos sus números, sería sin duda el recochineo y/o vergüenza ajena que le produce a la redacción y a sus colaboradores, las visiones deformadas que los españolitos tenemos de algunas manifestaciones de cultura popular (con predilección por las más feas), las adaptaciones que hacemos de ellas y el fervor (sin una pizca de sentido del humor) con que las abrazamos y seguimos.
Imprescindible

domingo, 31 de agosto de 2008

ALPHONSE MUCHA (1860 – 1939) Seducción, modernidad y utopía.



Para despedir las vacaciones de verano los Dilettante hemos acudido a ver la exposición de la obra del cartelista Alphonse Mucha en el renovado edificio de Caixa Forum (Paseo del Prado 36, Madrid).
El cartelismo se desarrolla como arte industrial en el último cuarto del siglo XIX con el descubrimiento de las nuevas técnicas de impresión como la litografía, que permitían a los artistas trabajar directamente sobre el molde, reduciendo tiempos y costes, y evitando así la intermediación de los grabadores, que buril en mano interpretaban, no siempre de manera acertada, sobre metal o madera, las obras que les entregaban los artistas.
Con la aparición del proletariado urbano, consecuencia directa de la revolución Industrial, la ciudad se expande de la mano de los primeros urbanistas modernos y surgen las primeras avenidas y bulevares, lugares de paso, pero también de encuentro, siendo los lugares idóneos para la colocación del cartel.
El cartel, además, es una herramienta burguesa perfecta para vender y educar a la clase obrera en los valores hegemónicos de las clases dirigentes.
En este contexto se desarrolla la obra de Mucha, máximo exponente del art nuveau francés, una corriente estética perfectamente acomodada a los planteamientos tradicionales de la cultura burguesa, y que además, a través de la publicidad se fusiona con la industria.
Mucha elaboró su primer cartel de manera accidental. El gerente de la litografía Lemercier le encarga la confección del cartel de la obra teatral Gismonda por la enfermedad del cartelista de la casa. Así, en una sola noche, reúne en esta primera obra todos los componentes formales del modernismo gráfico, receta a la que se mantuvo fiel durante toda su vida artística y que influyó en el cartelismo de todo occidente. Es característico de su obra el uso del trazo claro y uniforme en el dibujo, los colores suaves y el recargo ornamental, con el uso de elementos tipográficos y de motivos que evocan a oriente.
La exposición se ha dividido en ocho apartados perfectamente delimitados espacialmente con el uso de colores. Las secciones son: Teatro, Metrópolis, Misterio, Epopeya Eslava, Mujer, Fotografía, Modernidad y Estilo Mucha. La visita requiere curiosidad, atención y algo más de una hora para poder ser disfrutada.
Al Sr. Dilettante la exposición le ha gustado, más que por la belleza formal de la obra, por descubrir la formalización del kitsch gráfico, es decir de toda esa imaginería que, a la manera de la pornografía más explícita, va directa a tus sentidos, sin pasar ni antes ni después por tu cerebro.
La herramienta perfecta para perpetuar arquetipos: varones viriles, mujeres lánguidas y delicadas, soldados valerosos y patrias amenazadas.

martes, 27 de mayo de 2008

INDIANA JONES: LA AVENTURA ES LA AVENTURA



El Sr. López y el Sr. Dilettante, ante la negativa de sus respectivas parejas, se han acercado a ver “Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal” en alegre compañía. Primero han cogido fuerzas dándose un atracón en un restaurante italiano (pizza, rissoto y pasta ), para luego, y siguiendo los sabios consejos del Sr. López entrar a una sala enorme de cine para ver la versión digital de la película.
La sesión se ha iniciado con un didáctico publirreportaje sobre las bondades de la digitalización y lo rancio y antiguo que se ha quedado el celuloide (eso si, al segundo intento ya que la primera vez ha fallado el invento digital de marras). Tras tan instructivo preámbulo ha empezado la película y, señores, ha gustado. Con una sonrisa de oreja a oreja hemos vibrado con las peripecias de nuestro arqueólogo favorito durante dos horas.
Señalar que en esta ocasión se han aparcado las mitologías judeocristianas y se han sumergido de lleno en las leyendas que ha generado el sigloXX, pero sin perder nada de la maravilla que ha rodeado siempre a esta saga. Hemos visitado el Área 51 donde hemos podido echar un vistazo al Arca de la Alianza, hemos visto a los malvados soviéticos (se han cuidado de que la malvada, una magnifica Kate Blanchet, no fuese rusa, si no ucraniana) como dignos y malvados sucesores de los nazis, y también se ha reflejado la paranoia anticomunista estadounidense de los años cincuenta. En fin un espectáculo total
No me atrevo a contar mas sin destriparles la película, les cuelgo el tráiler para que disfruten y anímense a verla.

miércoles, 21 de mayo de 2008

RELECTURAS: EL REY RELUCTANTE



El Sr. Dilettante ha utilizado el mes de mayo, sin ninguna razón en especial, para repasar algunos libros que por diferentes razones le gustaron y que, sin ser grandes obras maestras, proporcionan tardes (y noches) enteras de diversión.
Aproveché un viaje a casa de mis padres, donde se encuentra el grueso de la Biblioteca Dilettante, para rescatar, entre otros, la trilogía de “El rey reluctante” de L: Sprague De Camp, que publicó EDAF en su colección Icaro Fantasía entre los años 1990 y 1991. Se compone de “La torre encantada”, “Los relojes de Iraz” y “El rey que salvó su cabeza”.
El argumento son las aventuras de Jorian, rey de Xylar. La tradición de este pequeño país dicta que el rey debe de ser decapitado tras cinco años de mandato y que su sucesor será aquella persona de las que asiste a la ejecución que consiga hacerse con la cabeza coronada que el verdugo les arroja. Por supuesto Jorian, con ayuda del mago Karadur, consigue escapar de la ejecución. La crónica de las distintas peripecias por las que pasa nuestro personaje hasta que finalmente consigue instalarse tranquilamente como relojero (su verdadero afán) nos lleva a conocer las diferentes civilizaciones en las que el autor ha ambientado su saga. Lejos de la épica de “El Señor de los Anillos” el tono es humorístico, presentándonos a un artesano, que de alguna manera es el prototipo idealizado del ciudadano estadounidense medio, al que su ingenio, habilidad en distintas profesiones manuales y pragmatismo, le hace imponerse sobre la nobleza y los magos.

Lyon Sprague De Camp (Nueva York, 27 de noviembre de 1907 — Plano, Texas, 6 de noviembre de 2000) fue un escritor de fantasía y ciencia ficción. Es conocido por haber completado historias de Conan el Barbaro que su creador R.E. Howard dejó inconclusas a su muerte, así como por otras que él mismo escribió y participando además como asesor en las películas de Conan que se rodaron en la década delos 80 del siglo pasado. Fue un escritor prolífico que publico númerosos cuentos, novelas, obras de no ficción y poemas a lo largo de su vida.
Otra de sus obras, muy del agrado del Sr. Dilettante, es “Que no desciendan las tinieblas” (Pulp Ediciones, 2001), en la que usa el mismo recurso de viaje en el tiempo que Mark Twain en “Un yanqui en la corte del Rey Arturo”. Padway, un arqueólogo norteamericano, llega a un imperio romano en decadencia del año 535 de manera milagrosa, allí intenta detener la invasión de los barbaros para evitar así el advenimiento de la oscura edad media y lograr perpetuar la cultura clásica. Todo un clásico en el mundo de las ucronías, aunque sin llegar a la excelencia de su principal fuente de inspiración.
Lo dicho, lecturas placenteras para las tardes dominicales.

martes, 6 de mayo de 2008

QUIERO LA CABEZA DE ALFREDO GARCÍA: MONDO MACHO


La semana pasada los Sres. Dilettante se acercaron a la filmoteca para ver “Quiero la cabeza de Alfredo García”. Como ya he contado alguna vez, la antigua mansión de los Dilettante se ubicaba en las inmediaciones de tan magno establecimiento. Aunque la selección de películas no siempre coincide con nuestros gustos, raro era el mes en el que no nos acercábamos un par de veces a repasar en pantalla grande algunos de nuestros clásicos favoritos. El público era y es heterogéneo, gafapastas, homeless (el bajo precio de las entradas lo convierte en una opción atractiva en las tardes frías de invierno), cinéfilos y cinéfagos en general. Recuerdo con especial regocijo una proyección de “La novia de Frankestein” a la que arrastre a un compinche de correrías. A su lado se sentó un varón entrado en la cincuentena, delgado, repeinado y con aspecto de ex legionario. El buen hombre, estimulado sin duda por las dosis de coñac con las que generosamente se había regalado a juzgar por el olor que desprendía y por el arte que se respira en la sacrosanta institución, se dedicó durante toda la película a canturrear por lo bajini todo su repertorio de copla española. Cada vez le dirigíamos furiosas miradas el flaco cantante nos sonreía de oreja a oreja de la manera más cándida haciendo imposible cualquier reproche.

Centrándonos en la película, se trata de un violento relato cargado de sangre, sudor, tequila…y moscas. La sinopsis es simple, Alfredo García deja embarazada a la hija de un terrateniente mejicano y éste ofrece un millón de dólares al que traiga su cabeza. Un desgraciado y su novia, que también fue amante de Alfredo García, parten en busca del trofeo, que se encuentra enterrado puesto que su propietario falleció en un accidente de tráfico. Los encuentros casuales terminan en asesinatos tras un intento de violación, los mercenarios que se suman a la búsqueda de la cabeza son despiadados y asesinan a la novia de Warren Oates, el cual en un gesto desesperado de dignidad final asesina al terrateniente para caer finalmente él mismo muerto.
En la película apenas si hay instantes de amabilidad, solo la escenas entre Warren Oates y su chica cuando este le pide matrimonio, pero instantes después el momento idílico se trunca con la irrupción de dos motoristas que intentan violar al personaje interpretado por Isela Vega.
Como en “Grupo Salvaje” se insinúa una posible relación o atracción homosexual entre los dos mercenarios americanos. Cuando uno de ellos, un sádico sin escrúpulos, su compañero, al que previamente le hemos visto rechazar violentamente las atenciones de una prostituta, dirige una mirada dolorida al cadáver.
Finalmente, la película es una mirada descreída sobre un mundo salvaje cuyo motor principal es la violencia y donde solo caben actos individuales e inútiles de dignidad.


Les dejo el trailer en You Tube


jueves, 1 de mayo de 2008

domingo, 27 de abril de 2008

The Misfits: La verbena del horror punk


El pasado miércoles el Sr. Dilettante tuvo el placer, vestido con sus mejores galas, de berrear como un energúmeno alguno de los temas míticos de la franquicia que dirige el bueno de Jerry Only.

A sabiendas que The Misfits es una banda de culto, pero ciertamente minoritaria, la única manera que tienen de seguir obteniendo beneficios de su trabajo es girando sin cesar y tocando casi todas las noches del año sus canciones más famosas ante audiencias que no van a superar los 500 o 600 espectadores. Como honrados profesionales descargan todos sus temas a lo largo de una hora y poco de concierto y finalmente Jerry se pega un baño de multitudes atendiendo a sus fans durante mas de 20 minutos haciéndose fotos y firmando autógrafos.

El espectáculo fue impecable y el Sr. Dilettante añadió una camiseta negra mas a su colección.

¡Teenagers from Mars
And we don't care!







lunes, 14 de abril de 2008

miércoles, 2 de abril de 2008

jueves, 6 de marzo de 2008

EL ULISES, EL DESAFÍO FINAL.

El Sr. Dilettante desde que tiene uso de razón es un lector voraz. Su primera aproximación total a la lectura fue a la tierna edad de seis añitos en la que se leyó alegremente una adaptación juvenil, como se decía en los felices 70, de la Iliada. El repelente niñito, que sin ningún género de duda debía de ser, no se enteró de nada, pero salían unas cuantas ilustraciones chulísimas de guerreros sacudiéndose con espadas y lanzas y sobre todo caló en él la sensación puramente intuitiva de que eso debía de molar mucho. Con los años, la práctica, y sobre todo, que se trata de una actividad que como mejor se practica es tumbado adquirí mi hábito lector, que con el tiempo se ha convertido en otra de las múltiples adicciones que me adornan.

Pasaron los años devorando todo tipo de libros, panfletos, revistillas y tebeos (recuerdo con especial cariño las toneladas de novelitas de a duro que leí durante la época atroz de la mili encerrado en el cuarto de las lavadoras y vibrando con los sangrientos tiroteos del lejano oeste mientras se centrifugaban una y otra vez unas mantas), primero leyendo absolutamente todo lo que caía en mis manos y luego arrasando con los géneros uno a uno (novela negra, cf, terror, fantasía…). Anualmente establezco unos deberes mínimos y me leo alguna de las grandes obras de la literatura universal. Ustedes saben, un quijote, unos rusos, algo de realismo mágico, alguna que otra recomendación del babelia, en fin eso que hace que esta actividad lúdica esté mejor vista que la afición al futbol o a los videojuegos.

Pues bien, hace unos años en una charla distraída de café con unos compañeros salió a relucir el Ulises, ya saben la obra inmortal del no menos inmortal escritor irlandés James Joyce. Pese a ser todos lectores impenitentes ninguno lo había leído. Puesto a remediarlo, me lo impuse como tarea y me acerqué a una librería de tercera o cuarta mano que se encontraba muy cerca de la que era entonces la mansión Dilettante y conseguí por una cantidad muy razonable un ejemplar en dos tomos de tan magna obra. Debería de haber hecho como Borges, el muy truhán afirmó que con echar un vistazo a diversas páginas del libro ya se había empapado lo suficiente de su esencia. Pero no, supongo que eso es lo que distingue a los genios, yo me empeñé en “apretarmelo” (y en este caso la imagen que sugiere el verbo “apretar” es muy precisa) enterito. Para llevar a cabo tan ardua misión llegué incluso a seguir las directrices de un club de lectura argentino (¿esperaban otra cosa?) e inicie la tarea. Imagínense al Sr. Dilettante en el contexto de un tren TALGO parado en pleno agosto en mitad de la meseta castellana, con una resaca tirando a fuerte, sudando con profusión y con su ejemplar del Ulises abierto sobre las piernas. En esa situación y gracias a un retraso de más de dos horas conseguí rematar el tocho. Con la lengua fuera por la concentración, leí, asimilé y creo que comprendí el larguísimo monólogo interior de la descocada Molly Bloom y con un larguísimo suspiro de satisfacción cerré el condenado libro. Misión cumplida, acababa de ingresar en el selecto club de los lectores que habían leído “Ulises”.

Del libro poco les puedo comentar que no hayan dicho otras personas con mas criterio y sensatez. Si les puedo decir que lo use como recurso de seducción con la Sra. Dilettante, presentándome a nuestras citas con el debajo del brazo como quien no quiere la cosa y comentándole ocasionalmente algún pasaje. Supongo que tan burda artimaña no paso desapercibida a su ingenio afiladísimo. Pero ya saben ustedes como son los novios, se lo perdonan todo. Pese a todo, el Sr. Dilettante es una persona agradecida y no puede menos que decir:

¡Gracias James Joyce!

martes, 4 de marzo de 2008

LA INVASIÓN DE LOS LADRONES DE CUERPOS O EL EJERCICIO DE LA PARANOIA APLICADA


Una de las películas favoritas del Sr. Dilettante es “La invasión de los ladrones de cuerpos”, dirigida por Don Siegel en 1956. Pese a los cuarenta años transcurridos desde su estreno sigue aterrorizando al espectador con una propuesta desasosegante: ¿Y si tus familiares, amigos y vecinos no son ellos y solo tú lo sabes?.
La película se inicia con el Dr. Miles fuera de si narrando en flashback ante unos escépticos médicos y policías como su población ha sucumbido ante la invasión alienígena que de manera insidiosa ha suplantado a sus habitantes con réplicas perfectas a las que solo les faltan sus emociones. Un accidente afortunado hace que las autoridades sean conscientes del peligro y se pongan en marcha todos los mecanismos de estado para detener esta invasión.
Aunque todavía sigue abierto el debate sobre si nos encontramos ante una película anticomunista o ante una denuncia hacia el Mcarthismo, personalmente creo que, a la manera de otras producciones de ciencia ficción estadounidenses de la época, nos encontramos ante el reflejo del terror que sentían los habitantes de ese país ante la “amenaza roja”.
La Unión Soviética desarrollaba su programa nuclear solo con un ligero retraso con respecto a Estados Unidos y ya en el año 1955 habían conseguido, con éxito, lanzar su primera bomba de hidrogeno desde un avión. La llamada “caza de brujas”, llevada a cabo por un celosísimo senador Joseph Mcarthy, en la que se pretendía desenmascarar a los comunistas infiltrados en el país, se había desarrollado desde 1950 a 1956, creando un clima de paranoia: cualquiera podía ser un enemigo infiltrado.
A cualquier espectador del “mundo libre” le resultaba relativamente fácil establecer, consciente o inconscientemente, equivalencias entre esos invasores extraterrestres carentes de sentimientos pero virtualmente idénticos a nosotros y los comunistas que se estaban infiltrando para destruir esa arcadia capitalista feliz, representada por el pueblecito californiano de Santa Mira. Aunque la propuesta podía ser terrible (una invasión silenciosa e indetectable), la solución era relativamente sencilla, la toma de conciencia de esta invasión sirve prácticamente por si misma para conjurar la terrible amenaza.
La película está basada en una novela de Jack Finney (reeditada recientemente en España con motivo del estreno de “Invasión”) y hasta la fecha ha tenido cuatro versiones cinematográficas. En 1978 Philip Kaufman dirigió “La invasión de los ultracuerpos”, “Body Snatchers” de Abel Ferrara en 1993, y la última, “Invasión”, dirigida por Olivier Hirschbiegel en el 2007.
Personalmente considero la primera versión la mejor. Que el mensaje de la película esté sujeto a múltiples interpretaciones la convierten en un artefacto potente capaz todavía de fascinar al avisado y descreído espectador del siglo XXI.
La versión de 1977, también magnífica, tiene un climax aterrador (cuando el Sr. Netotem está de humor hace una magnífica imitación de Donald Sutherland al final de la película).
¡Vigilen los cielos!

jueves, 31 de enero de 2008

GRANDES MOMENTOS POP. TRACI LORDS CANTA CON LOS RAMONES


Aun a riesgo de meterme en los terrenos en los que el Sr. Politoxicómano sienta cátedra (aunque me temo que su devoción por el AOR nos distancia irremediablemente en cuanto a gustos musicales) el Sr. Dilettante hablará de música.

Corría el feliz año 1993 cuando se produjo un encuentro en la cumbre, casi casi un evento de los que marca a una generación. Los Ramones, probablemente la mejor banda del mundo, y Traci Lords, la ex actriz porno famosa por haber rodado la mayor parte de sus películas siendo menor de edad entraron juntos en un estudio de grabación. El tema elegido fue Somebody to Love de Jefferson Airplane que se incluyó en el álbum Acid Eaters. Tracy Lords canta la parte de Marty Balin y Joey la de Grace Slick.
Lo más bizarro (válgame la expresión) es que se juntaron dos de los conservadores mas recalcitrantes del "showbizz" americano con permiso de Terminator. Johnny Ramone jamás ocultó su odio a los comunistas ni su apoyo incondicional al presidente Bush, para el que tuvo unas palabras cuando ingresó en el "Sala de la Fama del Rock and Roll". La buena de Tracy es votante confesa del Partido Republicano y donante de fondos del mismo.
La ciber derechona española mas pop siempre muy necesitada de referentes ya los está empezando a mencionar en sus blogs y paginillas web. El problema es que en esta tierra de garbanzos la derecha que se hace llamar actualmente "liberal" tiene el lastre del "nacionalcatolicismo" y artísticamente le está costando superar a Vizcaíno Casas. Aunque visto el blog que se están marcando en Libertad Digital Alaska y su marido quizá pronto veamos las grandes concentraciones de la derecha amenizadas por las "Nancys Rubias" y una troupe de drag queen.
Cosas veredes...







domingo, 13 de enero de 2008

EL CREACIONISMO: LA TEORÍA DEL DISEÑO INTELIGENTE


Como si no tuviéramos bastante con los nuestros integristas, ahora los estamos empezando a exportar de fuera. La asociación estadounidense “Médicos y Cirujanos por la Integridad Científica” quieren dar unas charlas entre el 17 y el 25 de enero en diversas ciudades españolas con el título “Lo que Darwin no sabía”.
El creacionismo, o su denominación moderna de Teoría del Diseño Inteligente, niega la teoría de la evolución y sostiene que la complejidad biológica de la vida en la tierra solo puede obedecer a que esta ha sido creada por Dios.
El Sr. Dilettante le va a ceder la palabra al difunto Bill Hicks, cómico estadounidense del siglo pasado. (La transcripción la he tomado prestada de “Back Bill Hicks. La comedia del odio”, un magnífico articulo de Superfuzz publicado en Mondo Brutto nº33). Imagínense al señor Hicks en un contexto como el del club de la comedia (pero con gracia) y disfruten de su agudo ingenio.

Fundamentalistas cristianos que creen que la Biblia es la palabra de Dios…Directamente. Fundamentalistas cristianos que han contado el mundo y han descubierto que tiene12.000 años. Eso es interesante. Aquí hay algo nuevo. ¿12.000 años? Wow, ¿Seguro? ¿Cómo lo habéis sabido? “Sí, hemos contado a todos los personajes de la Biblia, desde Adán y Eva, y sus edades sumadas dan aproximadamente 12.000 años”. Sí, pues yo tengo una pregunta, ¿Estás listo? Es una pregunta de una palabra. Va: Dinosaurios. ¿Cómo no se mencionan a los dinosaurios? Porque hay fósiles por todos los lados, tío. Y si la Biblia lo cubre TODO, desde la creación del mundo, dirías que los dinosaurios son un tema, eehm, demasiado grande como para que se pase por alto ¿No? ¿Dirías que alguien, en algún momento, los habría mencionado?, ¿no? “Y marchaba Jesús con sus seguidores por el camino a Jerusalén, pero oh, había un enorme tiranosaurio con una espina en su pata bloqueando el camino. Y los discípulos corrieron y se asustaron, y dijeron “oh, vaya puto dinosaurio más enorme” “¡Seguro que no olvidaré mencionar esto, Lucas!” “¡Seguro que yo tampoco, Juan!” Pero Jesús no se asustó, y le quito la espina de la pata, y lo mandó al lago Ness, donde vivió para siempre atrayendo gruesos turistas americanos y sus gruesos dólares. Y los escoceses dijeron “Oh, Jesús, Gracias Jesús”… Y entonces me dicen, y os juro que uno me dijo esto una vez, “Los fósiles están puestos por Él para poner a prueba nuestra fe” Tío…Creo que Él te puso aquí para poner a prueba mi fe. Decidme una cosa…La idea de un Dios jugando con nuestras mentes y tratando de cruzarnos los cables, no se os antoja un poco…¿angustiosa?
“La gente y como actúan sobre sus creencias…Los cristianos llevan cruces al cuello. No está mal, pero…¿Crees que cuando Jesús regrese va a querer ver alguna maldita cruz, tío? ¡Quizás es por eso por lo que no ha aparecido! Es un poco como acercarse a Jackie (Kennedy) con un pendiente en forma de rifle “”¿Cómo estás Jackie? Pensamos mucho en John, sabes…Le queremos” “¡No, no quiero volver a la tierra Papá, lo han malinterpretado todo, Papá! Déjame quedarme aquí en el Cielo contigo, Papá. ¡Vamos a enterrar juntos fósiles de dinosaurios! ¡Vamos a jugar con sus cerebros!”
“Lo siento si hay algún Católico. No el haberos ofendido, quiero decir, sino el hecho de que seáis católicos. Lo siento por vosotros…”


Sean buenos






miércoles, 9 de enero de 2008

EL CENTRO COMERCIAL



Para los que fuimos niños y adolescentes en las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado, el centro comercial era un lugar en la que los niños y adolescentes de las series que veíamos en TV iban a pasar la tarde tras pedirles pasta a sus progenitores. Nosotros, mucho menos evolucionados, pasábamos las tardes en las plazas y parques esperando poder ingresar en el que era (y es, mal que nos pese) el lugar de ocio por excelencia en España: el bar. A comienzos de los años 90 empezó a implantarse por todo este país este artefacto diabólico del capitalismo. Está claro que toda esa legión de niños y adolescentes, ya jóvenes y no tan jóvenes, formados y deformados por toneladas de televisión y cine americano sucumbimos rápidamente ante esas moles arquitectónicas que prometían todo tipo de maravillas y nos colocaban de golpe y porrazo en la modernidad más absoluta.

El Sr. Dilettante también cayó rendido en un primer momento ante esos brillantes encantos, aunque tras un par de visitas comprobó, un poco defraudado, que tampoco era para tanto. La Sra. Diletante, siempre más perspicaz, ha renegado de ellos desde el primer momento Actualmente y por circunstancias puramente coyunturales el Sr. Diletante se ve obligado a comer un par de veces al mes en uno de estos diabólicos engendros, eso sí, para distinguirme de la masa y sentirme un poco más cosmopolita suelo tomar mi colación en un simulacro de restaurante japonés llamado Yokomo (¿Captan la sutileza del juego de palabras?). Aunque si otro día me siento mas convencional también puedo escoger entre comer en un simulacro de restaurante italiano o incluso en un simulacro de bar de tapas vasco.

Los centros comerciales son la culminación del ocio (de pago) planificado. Permiten al usuario acercarse en su vehículo, hacer todo tipo de compras (desde las más corrientes a las más descabelladas) y culminar la tarde noche cenando en alguno de los abrevaderos del lugar y viendo una película o en casos extremos jugando en una bolera. A los niños se les puede aparcar en guarderías o mini parques infantiles mientras esa parejita joven de moda se da una vuelta para ver escaparates y renovar el guardarropa y/o el menaje del hogar.

Lo que en principio puede parecer un buen plan, por comodidad, se convierte en una pesadilla uniformadora, en plan “1984”. El mínimo común denominador se rebaja tanto para intentar captar al mayor número de clientes posible que todo es estándar, la ropa, los libros, las películas. Los restaurantes no pasan de ser simulacros de aquella especialidad que quieren imitar estando el resultado final más cerca de los restaurantes de comida basura, que en los centros comerciales hallan sin duda su espacio natural, que de los modelos por los que se intentan hacer pasar.

Toda esta oferta de ocio vacío y de pago, va evidentemente orientada a las clases más populares, que así realizamos nuestro simulacro de “shopping”, mientras nos imaginamos que algún día quizá podamos hacer lo mismo, pero de verdad, en la C/Serrano o en las boutiques de los Campos Eliseos.

No todo va a ser negativo. El Sr. Dilettante reconoce que si algún día el infierno se llena y los muertos caminan sobre la tierra, correrá como loco al centro comercial más cercano a hacerse fuerte y resistir allí a las hordas de zombis y de motoristas asesinos.