Sin ser lo peor, en Agosto padecimos las famosas Jornadas Mundiales de la Juventud. De golpe y porrazo nos olvidamos de la aconfesionalidad del Estado y toda la clase política fue a hacer el besamanos a un dignatario extranjero que pretende, a través de sus esbirros locales, determinar algunas políticas de este país. Uno no puede dejar de acordarse de que este sujeto en su juventud jamás habría acudido a un evento como las JMJ, ya que estaría demasiado ocupado sacando brillo a sus botas y a sus correajes, desfilando con sus camaradas y apaleando judíos, rojos y gitanos. Eso en el mejor de las casos, porque igual tenía algún trabajo de becario en Auschwitz.

El Santo Padre. Sobreexcitado
Cuando se fue el Pastor (de hombres) alemán les tocó el turno a los palmeros de Rouco, los siniestros Kikos y su no menos siniestro y megalómano caudillo. Kiko Arguello recuerda cada vez más a los malvados de James Bond y sus ambiciosos proyectos para dominar el mundo. Como quien no quiere la cosa entre la juventud allí reunida se desencadenó una fiebre de vocaciones sacerdotales que hizo las delicias del arzobispo de Madrid. Por el bien de la salud mental de los jovenzuelos esperó que ese sarampión se les haya pasado en 48 horas.

- Señor Obama, o me entrega un billón de dolares o activaré el dispositivo "Juicio Final".
A finales de Agosto la clase política se nos descuelga con que se va a retocar la Constitución. Aquí, sin poderlo evitar, el Sr. Dilettante clavo sus rodillas en el suelo como Charlton Heston en “El Planeta de los Simios” exclamando: ¡Lo habéis hecho malditos! Recuperada la compostura se me explico, como al resto de ciudadanos, como, esa Sagrada Piedra Angular que ha articulado la convivencia de los españoles durante los últimos años, y en la que por cierto se apoyó una ya no tan joven promesa cuando fue interpelado por una plebeya de navarra acerca de sus privilegios reales, se puede modificar para hacerla más moderna y más al gusto de los mercados. En fin, tacita a tacita la clase política española representada por los dos partidos mayoritarios y cada vez más desvinculada de la ciudadanía ha asestado otro golpe al estado social.

Sí, yo curro de aprendiz con mi viejo. ¡Y que no falte!
Y para acabar el mes de agosto Doña Esperanza Aguirre acomete una serie de recortes en la educación pública. Para justificar tamaño despropósito, ella, Lucia Figar y Ana Botella han mentido a la ciudadanía acerca de las horas que trabaja un profesor. Todo vale a la hora de ir minando la educación pública. No sea que los descamisados empiecen a conocer y a exigir sus derechos.



Representación gráfica de "Las tres Marías"
Che, nos están haciendo cagar fuego.
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