
Ayer conseguí ver finalmente "Pero, ¿quién mató a Harry" de Alfred Hitchcock. Rodada en el año 1956, es una comedia negra basada en una novela inglesa de un tal Jack Trevor Story. En las conversaciones que mantuvieron Hitchcock y Truffaut, que luego fueron plasmadas en el libro "El cine según Hitchcock", el director inglés confiesa sentir un gran cariño hacia esta película, ya que le permitió luchar contra la tradición y romper clichés.

El bueno de Harry, en su condición de cadáver, altera el bello paisaje otoñal de un pequeño pueblo del noreste de Estados Unidos y la tranquilidad de las personas que se topan con él. Aunque algunos de los personajes han podido ser causantes de su muerte, solo importa como conseguir que el difunto deje de ser un trastorno para todo el mundo. El humor, en palabras de los dos maestros, está en la aproximación que tienen los protagonistas al cadáver. Todos los que se topan con el difunto Harry mantienen un distanciamiento, no exento de un cierto cariño distraido, que transforma un acontecimiento extraordinariamente macabro en una comedia romántica.
Al Sr. Dilettante no le ha entusiasmado especialmente la película, ha cumplido con un deber postergado durante muhos años, y a otra cosa.
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